Sesión de fotos de recién nacido en Ávila: ternura, detalles y mucho amor

Las sesiones de recién nacido siempre son especiales, pero hay algunas que nos llenan el corazón de una forma diferente. En esta ocasión, recibimos en el estudio a un bebé que nos regaló momentos de una dulzura infinita.

Desde el principio buscamos que cada imagen transmita ternura, calma y amor. Por eso, empezamos envolviéndolo suavemente con telas delicadas, dejando que se sintiera arropado y seguro. Con los ojos cerrados y una expresión de paz, parecía que soñaba tranquilo mientras nosotros capturábamos cada pequeño gesto.

Después, lo colocamos con mucho mimo en una cestita acolchada, entre texturas suaves y tonos neutros, para crear un ambiente cálido y acogedor. Cada detalle está pensado para que el bebé sea el verdadero protagonista y que las imágenes reflejen esa sensación de estar en casa.

También hicimos una serie de fotos en nuestra camita de madera, donde el bebé reposaba plácidamente. Son fotos sencillas, limpias y atemporales, donde cada arrullo, cada dedo pequeñito, cada mechón de pelo, cobra valor.

Uno de los momentos más emotivos de la sesión fue cuando las manos de mamá sujetaron con cuidado al bebé. No hacía falta mucho más: solo ese gesto lleno de amor bastaba para crear una imagen que dice mucho sin palabras. Las manos que protegen, que abrazan, que acompañarán siempre.

Cada sesión de recién nacido que hacemos en nuestro estudio de Ávila está pensada para ser un recuerdo tierno y real. Nos gusta que las fotos hablen de amor, de conexión, de familia. Porque estos primeros días pasan volando, pero las imágenes que conservamos de ellos nos acompañan toda la vida.